Ayer fue el shower de novia de una de mis más queridas amigas de la vida, a quien conozco desde que entramos con cuatro años al kinder: juntas usamos mandil a cuadros y dos colitas, jugamos a los ponys en el recreo, más de una vez (por no decir veinte o más) nos castigaron juntas por hacer desorden o escándalo en clase o por ser solidarias con la comunidad del desorden.
Esta amistad duró: terminamos el colegio, cada una fue a la universidad y cuando pasaron los años y fuimos adultas, tuvimos la oportunidad de compartir un departamento de solteras (a los 24 años, eso es un HIT de HITS) y como aún éramos un poco flojitas y engreídas -contábamos con los servicios del conserje del edificio, quien por una módica suma, nos lavaba los platos y vajilla de la semana" ... ¿pueden creerlo?.
Bendito sea Manuel donde quiera que esté, si no era por él seguro comeríamos en descartables por todo ese año
Está demás decir que fue una época muy divertida en la que no faltaban salidas a bailar, largas conversaciones, paseos nocturnos de lo más trillados buscando a alguien por toda la ciudad (junto a otra compinche y compañera de las rutas del glamour), con largos domingos de películas y revistas comiendo toda la chatarra que uno puede imaginar ; y nuestra refrigeradora repleta ... pero no de comida, sino de fotos pegadas con imanes de cada aventura del fin de semana en el lugar de moda del momento.
¡Inolvidable!, pero como todo, los tiempos y las prioridades cambian; tomamos caminos separados, hicimos la maestría, ella encontró el amor, y luego llegó a su vida el mejor de los regalos de Dios -Adrián-
Mi querida amiga, ya es una madre dedicada a su hogar y a su carrera; así que luego de varios capítulos en la vida, llegó el momento de su matrimonio religioso, y por supuesto
"EL SHOWER".
Henos ahí las amigas y las féminas de su familia conversando de todo tema de la agenda de cada una, y por supuesto ni cortas ni perezosas estuvimos revisando la lista de "lo que hay que hacer si o si para el gran día" y llegó la clásica pregunta: "¿ya tienes algo antiguo, algo nuevo, algo prestado, algo azul?", y bueno, SI, ya estaba casi todo listo.
Seguíamos hablando hasta por los codos y en la mesa saltó este tema "¿Y LA MONEDA?"... un extraño silencio nos invadió (raro que tanta ujer se quede callada, y lo saben), hasta que comenzamos a especular sobre a qué se debe eso de la moneda en el zapato de la novia; y quedó la tarea de averiguarlo inmediatamente.
Hoy, luego de las averiguaciones del caso, resulta que hay dos versiones de la moneda en el zapato de la novia:
La
primera dice que poner una moneda en el zapato izquierdo de la novia es un
símbolo de seguridad económica y prosperidad para atraer riqueza financiera
pero también riqueza de felicidad y alegría a lo largo de su vida de casada.
La segunda, ya involucra a la moneda y una lista: Si te vas a casar, y quieres que tus amigas se casen;
haz una lista con sus nombres y ponla en
tu zapato derecho para que su suerte entre contigo hasta el altar el día de la
ceremonia.
No es por ser supersticiosas, pero tampoco vamos a desperdiciar la oportunidad, así que nos aseguraremos que la próxima semana la bella y radiante novia entrará a la iglesia con la moneda en el pie izquierdo y la moneda y la pequeña lista de sus amigas solteras en el pie derecho.
Así que ahí está el detalle
¡Que vivan los novios!
Que sean muy felices, prósperos y el amor los acompañe todos los años de su vida de pareja y el hogar crezca sólido cómo lo es el día de hoy.
2 comentarios:
Me encantó la nota :)
Guapisimas!!!
un beso!
y gracias por pasar por el blog!
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